¿Cómo se puede distinguir entre los trastornos del lenguaje y de la comunicación?

2 ¿Qué son los trastornos de la comunicación?

Los trastornos de la comunicación son problemas con la capacidad de usar el lenguaje u otras formas de comunicación de manera efectiva y apropiada en diferentes contextos. Estos trastornos pueden afectar el habla, la voz, la fluidez o las habilidades sociales, y pueden ser del desarrollo (desde el nacimiento o la primera infancia) o adquiridas (por lesiones cerebrales, accidentes cerebrovasculares, enfermedades o factores ambientales). Algunos ejemplos de trastornos de la comunicación son los trastornos de los sonidos del habla, que implican dificultades en la articulación, la fonología o la apraxia; trastornos de la voz que afectan la calidad, el tono, el volumen o la resonancia de la voz; trastornos de la fluidez que implican repeticiones, prolongaciones o bloqueos de sonidos o palabras (El más común es la tartamudez); y el trastorno de la comunicación social, que afecta a la capacidad de utilizar las habilidades de comunicación verbal y no verbal en situaciones sociales debido a problemas con la pragmática, la teoría de la mente o la regulación emocional.

3 ¿Cómo distinguir entre trastornos del lenguaje y de la comunicación?

Los trastornos del lenguaje y la comunicación a menudo están relacionados y se superponen, pero son distintos. Para identificar las diferencias entre ellos, considere la naturaleza del problema (comprender o producir el lenguaje, o usar el lenguaje de manera efectiva), el alcance del problema (que afecte a uno o más aspectos del lenguaje o la comunicación), el origen del problema (Trastorno del desarrollo o adquirido)y el impacto del problema (que afecten el rendimiento académico, social u ocupacional).

4 ¿Cómo diagnosticar los trastornos del lenguaje y la comunicación?

Los profesionales calificados, como los patólogos del habla y el lenguaje, los audiólogos, los psicólogos o los neurólogos, pueden diagnosticar trastornos del lenguaje y la comunicación. El proceso de diagnóstico suele incluir una evaluación exhaustiva de los antecedentes médicos, familiares y de desarrollo de la persona, así como de sus síntomas y preocupaciones actuales. Además, se pueden administrar pruebas estandarizadas o basadas en criterios de las habilidades lingüísticas o comunicativas de la persona. Esto podría incluir vocabulario, gramática, comprensión, expresión, habla, voz o fluidez. También es importante observar el lenguaje o el comportamiento comunicativo de la persona en entornos naturales o simulados, como el hogar, la escuela o el trabajo. Además, los puntajes y observaciones de las pruebas de la persona se comparan con las normas o criterios esperados para su edad, sexo, cultura o nivel de educación. Por último, se realiza un diagnóstico diferencial para descartar otros posibles trastornos o factores que puedan afectar a las habilidades lingüísticas o comunicativas de la persona como la hipoacusia, la discapacidad intelectual, el trastorno del espectro autista o los problemas emocionales.

5 ¿Cómo tratar los trastornos del lenguaje y la comunicación?

El tratamiento de los trastornos del lenguaje y la comunicación requiere profesionales cualificados, como patólogos del habla y el lenguaje, audiólogos, psicólogos o neurólogos. El plan de tratamiento generalmente implica un proceso colaborativo de establecimiento de metas para identificar las fortalezas, necesidades, preferencias y expectativas de la persona en cuanto a sus habilidades lingüísticas o de comunicación. También incluye un programa de intervención personalizado que se centra en los aspectos del lenguaje o la comunicación que necesitan mejorar. Se utilizan estrategias y técnicas como el modelado, la incitación, la retroalimentación, el refuerzo, la señalización o el andamiaje para facilitar el aprendizaje y el uso del lenguaje o las habilidades de comunicación de la persona. Es necesario un seguimiento y una evaluación regulares del progreso y los resultados de la persona para evaluar la eficacia del programa de intervención. Por último, se debe proporcionar un entorno de apoyo e inclusivo para promover la participación y la interacción de la persona con los demás, así como su confianza y autoestima.

6 Esto es lo que hay que tener en cuenta

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